Entretien
Notice
Langue :
Espagnol, castillan
Crédits
Jean JIMENEZ (Réalisation), Université Toulouse II-Le Mirail SCPAM (Publication), Université Toulouse II-Le Mirail (Production), Marco Berger (Intervention), Odile Bouchet (Intervention)
Conditions d'utilisation
Tous droits réservés à l'Université Toulouse II-Le Mirail et aux auteurs.
DOI : 10.60527/n757-cr47
Citer cette ressource :
Marco Berger, Odile Bouchet. UT2J. (2010, 20 mars). Entretien avec Marco Berger (Rencontres 2010) , in Espagnol. [Vidéo]. Canal-U. https://doi.org/10.60527/n757-cr47. (Consultée le 19 mars 2024)

Entretien avec Marco Berger (Rencontres 2010)

Réalisation : 20 mars 2010 - Mise en ligne : 23 mars 2010
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Descriptif

Marco Berger est un cinéaste argentin dont les 22èmes Rencontres des Cinémas d'Amérique latine de Toulouse présentent en compétition le premier long métrage, "Plan B",  et un court métrage, "Una Última voluntad", un autre, El Reloj, étant en compétition en écran libre. Il analyse son film, la relation qu’il établit avec les acteurs, les objets et les lieux, et évoque sa conception de la place du cinéma gay, auquel il ne se rattache que marginalement.

 

Intervention
Thème
Documentation

Odile Bouchet : Buenas tardes, Marco Berger.

Marco Berger : ¿Qué tal? Buenas tardes

O.B.: Cineasta argentino que vienes acá con un largo y dos cortos.

M.B.: Con un sí... con un largo.

O.B.: Sí, uno de los cortos está en uno de los programas y el otro en la pantalla libre.

M.B.: Sí.

O.B.: Y Una última voluntad.

M.B.: Una última voluntad.

O.B.: Está en la pantalla libre.

M.B.: No sabía, pero bueno.

O.B.: Sí, está.

M.B.: Sabía que estaba pero no sabía bien en qué... en qué lugar.

O.B.: Y después, está entonces, Plan B que es el largo y...

M.B.: El reloj

O.B.: El reloj

M.B.: “La montre”.

O.B.: Está en el programa de cortos.

M.B.: Sí.

O.B.: Que es la sección LGBT, ¿no?. Bien. entonces, bueno ¿puedes hablar un poco de como procediste? o sea, en el corto de la pantalla libre y en Plan B están los mismos actores.

M.B.: Sí.

O.B.: Entonces habla un poco de esa relación con los actores.

M.B.: Bueno, el primero corto que hice que es Una última voluntad. Es un corto que es curricular, o sea, en la escuela todavía, cuando estoy estudiando en 2007. Lo filmé en 2006 igual, creo, sí... Y bueno, como que un actor que no podía y, al final, el actor este que... que es un actor que trabaja mucho en Argentina, me presentó a Manuel y a Lucas que me gustaron un montón. Los usé para el corto. Después filmé El reloj, que también es un proyecto curricular de la escuela, que es el corto que ya viajó un montón por festivales y cuando se dio la idea de hacer Plan B, que yo no quería esperar al Instituto de Cine, o sea, quería hacer la película por mi cuenta, independiente, no tenía ganas de estar esperando con toda la burocracia. Quería hacerla con Manuel, seguro, que es el protagonista... el que... el condenado a muerte en Una última voluntad.

O.B.: Sí.

M.B.: Y cuando me reúno con él, eeeh, el me dice que estaría bueno que el otro actor sea Lucas. Que es repetir la misma dupla que Una última voluntad. Me pareció genial en realidad porque es... como que queda como una cosa casi autoral, en un punto, como los mismos actores que comparten la misma idea.

O.B.: Sí.

M.B.: Se vuelve a repetir en mi primer corto y en mi primer largo. Básicamente por eso los elijo.

O.B.: Sí, sí. Y está bien, o sea, viendo tu trabajo es como un hilo conductor.

M.B.: Sí, tienen cosas en común. Tienen los actores, eeeh, por ahí, lo que une un poco, bueno, es la temática, en principio y por ahora, vengo manejando un poco el mismo tema, desde diferentes lugares, porque uno es como cine medio clásico, es en blanco y negro, El reloj que tiene como otra... otra mirada, por ahí, más de lo que es parecido al cine argentino ¿qué sé yo? como un tiempo... tiene como... se toma más su tiempo y Plan B es una comedia.

O.B.: Sí.

M. B. : En realidad son como diferentes. Pero sí comparten los actores, comparten, por ahí, el humor y los tres tienen un humor muy particular, el tema de los objetos, o sea, en Una última voluntad tiene los fósforos, que en El reloj está el biomaster que después... y El reloj y el biomaster se repite en Plan B y que se repiten los actores. Sí, tienen como una conexión. De hecho, ahora, yo estoy con un proyecto que estoy por filmar ahora cuando vuelvo en abril y hay en El reloj, no sé si te acordás, hay una mariposa en la pared. Bueno, vuelve a aparecer la mariposa, porque también tengo otro... un... el guión de una tercera película que se llama Mariposa. Entonces ¿está bueno como hacer una especie de red, ¿no?

O.B.: Sí.

M.B.: Total...

O.B.: Como un tejido de cosas.

M.B.: Claro. Después, es muy personal y nadie se da cuenta, por ahí, pero... sí.

O.B.: Sí, sí hay cosas que sí, que uno ve por lo menos.

M.B.: Sí, sí. Es como una capa inferior, o sea, vos tenés la capa de la historia de la película con todo lo que pasa y después, nada, es eso, son como hilos o secretos que tiene la película con la obra, si es que se puede hablar de una obra, anterior.

O.B.: Sí. Ahora en, o sea, un punto común que encuentro también en la primera y el largo es que no se trata, o sea, en El reloj son adolescentes que como que se definen, ¿no?

M.B.: Sí.

O.B.: Mientras que los otros son adultos. Entonces la cosa es un poco diferente.

M.B.: Sí.

O.B.: Se trata de otro tipo de deseo y otro tipo de relación, ¿no?

M.B.: Sí, es otra mirada. En el primero son todos adultos pero ni siquiera... viste que yo siempre hago como cine medio de temática gay, en un punto, pero tampoco encuadro, como que es una excusa casi.

O.B.: Esa es mi pregunta un poco.

M.B.: Claro. Es una excusa. Los tres cortos pasó un poco eso. En el primero son todos adultos y lo que pasa es que hay un conflicto justamente con este deseo que él pide que hay sólo varones, entonces. De hecho, es el corazón de la... del corto pero es casi como que, bueno, como la obligación para que sea así. Con El reloj, sí, es algo más adolescente que tiene que ver con eso, como con... frente al descubrir, y como con la parálisis, ¿no?, frente al deseo, el no poder, el no reaccionar. Y Plan B completamente lo contrario, en un punto, es adultos frente al deseo que... que... que toman, ¿no?, qué decisiones toman. Y bueno de eso habla un poco la película. Eeeh. Sí.

O.B.: Sí, bueno, el... , o sea, el personaje que decide la existencia del deseo, es el que decide hacer el Plan B justamente, ¿no?

M.B.: Claro.

O.B.: Y pero, y el otro se engancha y en realidad el que hace el plan se engancha sin darse cuenta , o sea,...

M.B.: Sí, sí. Los que vieron la película, o sea, no me gusta para... si no la vieron no está bueno porque uno cuenta pero bueno, suponiendo que la gente ve la película, sí, en realidad pasa eso. Es... es como un juego, el único, casi mítico digamos. El personaje que se arma todo un plan para... con toda una estrategia para llevarlo adelante y todo se le vuelve en contra, o sea, es casi de cuento infantil.

O.B.: Sí.

M.B.: en un punto.

O.B.: Yo diría que en contra, no, justamente porque él le encuentra placer.

M.B.: Sí. Pero él...

O.B.: Al final de cuenta.

M.B.: Sí, pasa que lo... que la... sí, cuando yo digo en contra, es que la película tiene un conflicto muy fuerte en un momento, porque si vos te ponés a pensar también, Plan B, como película gay, en un punto, o de descubrimiento sexual, no tiene ninguna característica exterior, el mundo no se les opone directamente. No hay nadie que sepa, nadie, ningún padre, ningún... nadie que venga a decir: “Eso está mal”. Son ellos mismos.

O.B.: Es un triángulo amoroso clásico.

M.B.: Claro.

O.B.: Dos hombres y una mujer.

M.B.: Pero cerrado, cerrado en ellos. Entonces, lo que pasa ahí es que... por eso yo digo que se le viene en contra. Porque es como... como para... se le viene en contra él... lo..., o sea, toda su teoría, toda su... su forma... Yo siempre cuando pensé este guión, es una tontería, pero siempre lo pensé como la imagen que yo tenía para pensar la forma era... me imaginaba una... no sé porqué, una bailarina americana de la CIA que va a Rusia como espía a hacer baile. Y después de veinte años, se da cuenta que... que es bailarina. Entonces está atrapada en “es bailarina o es espía” se metió en Rusia para ser bailarina y para investigar o lo termina atrapando. Y al personaje lo que le pasa es eso también. Es cómo él se mete a jugar con el corazón de otra persona sabiendo que es de otro sexo, perdón, del mismo sexo que él y que es algo que nunca le llamó la atención, como si fuera algo, una tontería. Y una vez que se mete, que se pone a jugar con eso se da cuenta que no, que no es tan simple y que justamente, quizás, hasta él quiere... que es lo que puede pasar en la peli.

O.B.: Sí, sí. Ahora, hay otra cosa que me parece muy bonita en esa película, es la vista de la ciudad y eso de que los personajes vivan siempre en altura, siempre arriba del resto del mundo. Como estamos nosotros aquí.

M.B.: Claro. Sí, eso tiene.... a mí me encanta. A mí me encanta la película. Yo lo pensé más que nada como conectores, en un principio, ni siquiera había filmado todos los edificios durante el rodaje, yo hice toda la película, tenía un par de edificios, después empecé a montarla y me quedaba... y lo que me pasaba con la película, es que si le sacas los edificios y le sacas el tiempo que yo les doy al montaje, la historia pasa muy rápida. Entonces se vuelve como inverosímil, de que todo que les pasa en la cabeza fluya con el tiempo al montaje. Si uno... si yo la montara como una película comercial, o una película clásica, en un punto, la historia avanza y ,por ahí, en noventa minutos se cerró. El tema es que lo que le pasa al personaje no son decisiones de: “Bueno, a ver si voy a pintar la pared verde o de rojo”, no, son decisiones mucho más profundas, íntimas y con un cambio muy radical en cuanto al... al... al... al deseo amoroso digamos. Eso no significa que toda su vida vaya a estar con hombres, bueno, hoy se le cruzó esto y autorizárselo. Entonces, ese autorizárselo desde el personaje, se lo tiene que autorizar el espectador también. Porque al fin y al cabo, él que... al que le termina pasando eso es más al espectador que a los personajes. Hay un momento en que el deseo real de que ellos estén juntos está más puesto en el espectador que en ellos mismos. Y eso lo tenía que hacer con unos procesos como si yo daría una especie de lagunas mentales en toda la película que son esos edificios para que la gente, lo que acaba de ver, lo... lo... lo... lo... a uno le pasa a veces, si tiene una discusión con alguien y necesita cinco minutos quedarse quieto, decir “¿qué acaba de pasar?” y entender para poder seguir adelante. Después, me pasó eso que en los edificios de, como todo el mundo pregunta lo mismo, o sea, a mí me encantan, a un montón de gente como a vos que te encantan y después, hay otra gente que ya, como que lo tiene en la cabeza muy claro y la historia no necesita hacer ningún tipo de proceso, entonces siente que es una especie de estorbo. Ahí es como muy personal y yo la verdad que cuando critican eso me río, o sea, me encanta porque es como que la crítica más dura que tuve de la película tiene que ver con eso, como con los edificios.

O.B.: Ah sí.

M.B.: Sí. Pero es que...

O.B.: Es curioso.

M.B.: Sí, es curioso pero también es buenísimo porque podían haber criticado miles de cosas. Y sin embargo la crítica que pasa como por un lugar... Cuando la primera crítica fuerte que salió con eso, que aparte fue la primera que salió, decía que, para el que criticó, había una buena película de noventa minutos encerrada en una de cien, o sea, diez minutos más. Y un amigo mío que es periodista me dice: “Bueno, genial, tenés las dos películas por una: la de noventa y la de cien, en cien.” Pero sí, generó eso, generó... como amantes y detractores así como gente que no le gusta y gente que... sí.

O.B.: Ya, y la presencia de las azoteas donde ellos viven, o sea, las partes...

M.B.: Sí, eso que... que sean azoteas y que no se vea gente... Nada, tiene que ver como es... como es Buenos Aires desde las ventanas... con desde las ventanas... o sea, cuando uno puede llegar a ver a Buenos Aires es como... no es el Buenos Aires clásico que se filma también como con... con lugares muy... muy característicos sino que son, bueno, techos que vos supones que es Buenos Aires, si estuviste en Buenos Aires, no te puedes confundir mucho con otra ciudad. Es muy particular la arquitectura y las mezclas y después, lo del vacío, lo del vaciamiento y después que te cae como un ruido, un ruido por debajo, hay como un...una especie de máquina que parece que están dragando un río o algo. Eso tiene que ver, nada, como con las soledades de las ciudades también. Que a pesar de que a uno le pasa un montón de cosas, después se encuentra con uno mismo y a pesar de estar en un lugar enorme está solo también.

O.B.: Bueno, ¿en qué punto estaba? Ah, sí en las azoteas. Sí, yo interpreté eso de las azoteas como un espacio de libertad porque el espacio está abierto ahí y es el único lugar de la ciudad donde está. Si tú bajas, ya tienes la pared de enfrente.

M.B.: Sí. Es verdad.

O.B.: Mientras que ahí, está todo abierto y como ellos se están abriendo a algo que no sospechaban de repente ese espacio a mí me pareció coherente con... con la idea. Pero de repente, es una interpretación mía.

M.B.: Sí. Cada uno tiene interpretaciones, digamos eehh. Pasa que también ¿que sé yo? la peli... cuando uno filma una película, vos filma, la película, cuando la terminaste que tenés todo el montaje, la película no te pertenece más. No es más mi película, es una película y la gente la ve y cada uno la... digamos, eso, de hecho es positivo. Que cada uno haga la interpretación posible y que la... que la viva como quiera. Yo, en lo personal, quería mostrar Buenos Aires y lo que sí pasa, en cuanto a la elección de edificios, en el proceso en que van apareciendo, es que son cada vez más retorcidos. Como que se van complicando las arquitecturas. Después, en cuanto a la elección, sí, supongo que me gustaron también, hay una parte que es como muy azaroso.

O.B.: Sí.

M.B.: Pero me gusta igual lo que vos decís. Me encanta, me parece que está buenísimo.

O.B.: Sí, sí, bueno entonces, estábamos hablando de las azoteas y de los espacios. Sí, quería hablar de los cuartos cerrados, porque vi también bastante contraste justamente en toda esa apertura de paisaje. Y las escenas que ya están en cuartos, normalmente paredes bastante oscuras y hay siempre colores. Hay un verde...

M.B.: Sí verde, celeste...

O.B.: Sí. Colores más apagados.

M.B.: Bueno. Las locaciones también tienen que ver con buscar y lugares que... en principio, lugares que me gustaron y que funcionen para filmar. Eran bastante más chicos de lo necesario. Muchas veces, la casa de Bruno era una habitación sola: cuando llegó el equipo a filmar y vieron la habitación, era como: “¿Dónde está la locación?” porque una locación supone que la cámara tiene que alejarse, bueno, era lo que había. La película es independiente, hay un montón de locaciones que también surgieron por una cuestión de necesidad y de encontrarlas. Lo que sí pasa, igual, con lo que sí... de enclaustramiento de las habitaciones y de la película en sí, tiene que ver con una especie de enclaustramiento de ellos. Porque ellos están viviendo algo muy personal, muy íntimo, entonces es como muy cerrado. La película casi no tiene historias paralelas, o sea, se ve muy poco de la vida del resto, se ve más que nada ellos dos.

O.B.: El personaje de la mujer es muy delgado.

M.B.: Es que la idea también era que, yo lo que no quería con el personaje de ella es que... que sea muy importante, en un punto, ni uno... que el espectador se enamore de ese personaje, porque iba a ser muy difícil para el espectador soportar de que... después, el personaje se aleje realmente de la historia. Entonces también es como... es una película encerrada en ellos dos y en su cabeza. Uno no ve lo que... no sabe lo que piensan pero se lo imagina muy claramente.

O.B.: Sí, sí, sí. Y bueno, y de tus proyectos futuros. Te ha ido bien y con los cortos y con el largo, ¿no?

M.B.: Sí, por suerte, sí.

O.B.: Te ha ido bien.

M.B.:Sí, por suerte, sí.

O.B.: Eso te da mucho apoyo para seguir, ¿no?

M.B.: Sí, eso me da apoyo para... En principio, una cuestión personal de cada vez hacer más lo que quiero, de ser muy libre y no tener miedo y después, como se armó como una cuestión muy autoral alrededor de las películas mías... Pues las películas mías, no le fueron bien por un... o la película y los cortos, ni siquiera por una cuestión ni económica, no es que hay alguien que se benefició. Sino la película le fue bien porque es como una mirada diferente de una persona que en este caso, bueno, soy yo. Entonces, eso está bueno porque a mí me autoriza mucho más a pensar mucho menos en el resto y mucho más en mí. Y en Plan B, me pasó eso. La película está pensada para... yo como espectador. Yo quería ver esta película. Yo nunca había visto una película así en Argentina. No se hablaba del tema, no se tocaba de esa forma. Entonces, en un punto, es como que dije: “Bueno, hago la película que yo quiero ver porque tengo la posibilidad”. Y yo soy espectador también, entonces si a mí me gustan un montón de directores y me gusta mi película, supongo que voy a tener una especie de público que pueda, que le pueda gustar y le pueda entender. Y en cuanto al proyecto, yo tenía, bueno, el año pasado, escribí un guión que se llama Mariposa, que yo lo iba a filmar este año. Pero bueno, es una película cara que todavía no tenemos, todavía, ayuda económica de... adentro del país que, más que nada, por una cuestión de trámites como que tenemos que armar todo, una... una presentación y que tarda. Entonces, por eso decidí con el productor, filmar otra película que va a ser mi segunda película que se llama Ausente que prefiero no contar mucho todavía.

O.B.: No, no, no cuentes.

M.B.:Y que la filmo ahora en abril y mayo. Y también es el mismo productor de Plan B, equipo de amigos, muy pocos actores y una historia muy diferente, o sea, es como nada que ver con Plan B pero es una película chica. Digo que nada que ver porque en realidad a mí... me pasa eso también mucho, de no querer... no caer en la trampa de que si algo funciona, hay que repetirlo. El primer corto que hice era en blanco y negro y hiperclásico, el segundo color, otra cosa, comedia, drama, vuelvo a la comedia. Esto que voy a hacer ahora es un drama pero empieza como una especie de thriller psicológico, o sea, rarísimo y era: “Bueno, no voy a hacer Plan B 2 o Plan C porque funcionó”. No, me alejo completamente, me voy a otro lugar.

O.B.: Mejor sí.

M.B.: Sí, mucho.

O.B.: Y bueno, después la temática, o sea, el estar así en un conjunto de películas sobre homosexuales, sobre la homosexualidad, a ti... o sea, ¿cómo lo recibes estar dentro de un...?

M.B.: ¿Con El reloj?

O.B.: Sí. No no, y con Plan B ahora. En nuestra presentación si quieres, tenemos una cantidad de películas. Es uno de los temas del festival este año.

M.B.: Sí, sabía.

O.B.: Y tú te vas a ver los de...¿cómo se llama? Julián Hernández.

M.B.: Sí. Pero no sabía que la película estaba programada dentro de eso también o si era aparte.

O.B.: Está en competencia la tuya.

M.B.: Claro, por eso.

O.B.: Sí. Es que no está en los temas pero también coincide con el tema, digamos.

M.B.: Sí, no, a mí me encanta obviamente. Lo que me pasa con los festivales de cine gay y en general y con todo lo que es el movimiento gay, es que lo que no quiero hacer es cine exclusivamente para gays, digamos porque no me interesa, aparte hay un montón de cosas que yo... que cuento, que obviamente al público gay le puede encantar pero yo estoy hablando como de otra cosa también. No, Plan B, de hecho, no es una película que pretende apuntar directamente al público gay, casi lo contrario, digamos, es una película que apunta a...

O.B.: Nos puede pasar a todos.

M.B.: Claro. Y de hecho el público más agradecido que tuve, que aparte a mí me choq... me choqueó un montón, era gente grande, mujeres, o sea, hay padres de familia como... ¿no?... como con otra... con otra apertura. Pero sí, obviamente, me encanta que haya cada vez más, digamos, festivales de cine gay, que haya mucho lugar para el cine, digamos. Cine comercial gay no existe por ejemplo, yo siempre pongo el ejemplo, que es una tontería pero, el gay mira diez películas de amor románticas americanas y llora y no es hetero al otro día. Entonces tranquilamente, digamos, no tiene por que haber un público para cada cosa, digamos, tranquilamente mañana se puede pasar una película que es una historia de amor de dos chicas y todo el mundo entenderla y gustarle, emocionarse igual y no es que al otro día la chica va a ir a buscar una chica. No, es una película... es una película en este caso son dos chicos, en otro son dos chicas. Eternamente son chico/chica, o sea, que en realidad es como abrir un poco el panorama y nada.

O.B.: Sí, porque en realidad, nosotros todos los años, si hay una película que nos gusta, está.

M.B.: Claro.

O.B.: Sin etiqueta. Pero está.

M.B.: Claro.

O.B.: Este año, hay etiqueta.

M.B.: Sí, pero, no, está bien, está bueno, y aparte para... para que la gente también que se interesa por... así como hay ciclos de cine japonés, de ciclo de lo que sea, hay festivales que tienen ciclos de cine gay como una parte del programa y que también está perfecto. Y hay cosas muy buenas y muy creativas también. Como todo, bueno, ahí es como todo, hay cosas buenas, malas, o sea, siempre...

O.B.: Ah sí, sí, sí, hay de todo para todos.

M.B.: Y de todo. Pero, sí, me encanta hacer parte, y bueno, de este festival en general ¿no? también.

O.B.: Sí.

M.B.: Para mi es un placer estar acá.

O.B.: Claro. Bueno, eso espero.

M.B.: Sí, la verdad que sí.

O.B.: Ya sé que necesitas dormir antes pero que...

M.B.: No, sí, sí, no, no, dormí nada. Pero no, pero sí estoy recontento, la verdad. Y cuando Eric me dijo en Ventana Sur de estar acá en Toulouse, yo pensé que ya había pasado, como, los festivales y que, bueno... Después la película se iba a mover... Y fue increíble, la verdad. Y nada, estoy muy contento.

O.B.: Pues, que la pases muy bien.

M.B.: Bueno, muchas gracias. Muchas Gracias.

Transcription : Clémentine Lerner, Delphine Olive, Sarah Quadrone

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Odile Bouchet : Bonjour, Marco Berger.

Marco Berger : Bonjour.

O.B.: Tu es un cinéaste argentin et tu viens présenter un long métrage et deux courts métrages.

M.B.: Oui, je présente un long métrage.

O.B.: Oui. Un court métrage est au programme et l'autre passe à l’Écran Libre.

M.B.: Voilà.

O.B.: Et Una Última voluntad.

M.B.: Una Última voluntad.

O.B.: C'est celui qui passe à l’Écran Libre.

M.B.: Je ne savais pas mais très bien.

O.B.: Oui, il y est.

M.B.: Je savais qu'il passait mais je ne savais pas où.

O.B.: Et aussi, Plan B, le long métrage. Et le dernier...

M.B.: El Reloj.

O.B.: El Reloj.

M.B.: “La Montre”.

O.B.: Il fait partie du programme de courts métrages.

M.B.: Oui.

O.B.: C'est dans la partie LGBT, non ? Bon, est-ce que tu peux nous dire comment tu as procédé ? En effet, dans le court d'Écran Libre, il y a les mêmes acteurs que dans Plan B.

M.B.: C'est exact.

O.B.: Parle-nous donc de ta relation avec les acteurs.

M.B.: Alors, le premier court que j'ai réalisé, Una Última voluntad, faisait partie de mon programme d’études. C’était en 2007, j'avais pas encore fini les cours. En fait, je l'ai tourné en 2006, je crois. Comme il y avait un acteur qui ne pouvait pas, c'est cet acteur très connu en Argentine qui m'a présenté Manuel et Lucas qui m'ont beaucoup plu. C'était pour le court. Ensuite j'ai filmé El Reloj qui était aussi un projet dans le cadre des cours et qui a déjà fait beaucoup de festivals. Quand j'ai eu l'idée de faire Plan B, je ne voulais pas le faire avec l’Institut du Cinéma, je voulais le faire à mon compte, en indépendant. J'avais pas envie de m'embêter avec la bureaucratie. J'étais sûr de vouloir tourner avec Manuel, le personnage principal, qui est aussi le condamné à mort dans Una Última voluntad.

O.B.: Je vois.

M.B.: Et quand on s'est retrouvés, c'est lui qui m'a dit que ça serait bien si l'autre acteur était Lucas. L'idée étant d'avoir le même duo que dans Una última voluntad. J'ai trouvé ça génial, ça donnait presque une signature d'auteur puisque les mêmes acteurs partageaient la même idée.

O.B.: En effet.

M.B.: Cela se répète dans mon premier court et dans mon premier long. En fait, c'est pour ça que je les ai choisis.

O.B.: Oui, et c'est bien car, en regardant ton travail, on retrouve un fil conducteur.

M.B.: Oui, ils ont des points communs. Il y a les acteurs et, en fait, ce qui les unit, c'est d'abord le thème autour duquel je tourne en adoptant différents points de vue. Il y en a un qui ressemble au cinéma plutôt classique, il est en noir et blanc, alors qu’El Reloj porte un autre regard peut-être plus proche du cinéma argentin et qui prend plus son temps. Et Plan B est une comédie.

O.B.: Oui.

M.B. : En fait, ils sont différents. Mais ils partagent les même acteurs, l'humour, les trois films ont un humour très spécial, et le thème des objets. Dans Una Última voluntad, il y a les allumettes, dans El Reloj, le “biomaster” qu’on retrouve dans Plan B, avec en plus les mêmes acteurs. Ils sont tous en résonnance. En fait, en ce moment, je suis sur un projet que je vais tourner en rentrant en avril, et dans El Reloj, je ne sais pas si tu t'en souviens, il y a un papillon sur le mur. Et bien, ce papillon réapparaît car je travaille aussi sur le scénario d'un troisième film qui s'appelle Mariposa. Je pense que c'est tisser une forme de toile, non ?

O.B.: Oui, oui.

M.B.: Complètement.

O.B.: Comme un tissu de choses.

M.B.: Bien sûr. C'est très personnel et personne ne s'en rend vraiment compte.

O.B.: Si, il y a certaines choses que l'on remarque un peu.

M.B.: Il y a une couche inférieure, c'est-à-dire, il y a la couche de l'histoire du film, avec tout ce qui s’y passe et en plus, c’est ça, il y a comme des fils, des secrets qu'on retrouve dans le film et dans l'œuvre, si on peut effectivement parler d'une œuvre antérieure.

O.B.: Oui. On retrouve un point commun entre le premier et le long et, dans El Reloj, ce sont des adolescents en pleine recherche d’eux-mêmes, non ?

M.B.: Oui.

O.B.: Alors que les autres sont des adultes. C'est donc un peu différent.

M.B.: Tout à fait.

O.B.: Il s'agit d'un autre type de désir et d'un autre type de relation, non ?

M.B.: Oui, c'est un autre regard. Dans le premier ils sont tous adultes. Tu as pu voir que je fais surtout des films avec une thématique un peu gay mais je m'en sers comme d'un prétexte.

O.B.: C'est un peu ma question.

M.B.: Oui, c'est ça, c'est un prétexte. C’est un peu ce que j’ai fait dans les trois films. Dans le premier, ils sont tous adultes et il y a un conflit avec ce désir exprimé car il n'y a que des garçons. En fait, c'est le cœur du court mais c'était aussi une obligation pour que l’histoire soit comme ça. Dans El Reloj, c'est plus adolescent. Ils vont découvrir la paralysie face au désir, le fait de ne pas pouvoir, de ne pas réagir.

O. B : Dans Plan B c'est absolument le contraire, ce sont des adultes face au désir qui les prend, face aux décisions qu'ils prennent. C'est un peu ce dont parle le film.

M.B.: Oui.

O.B.: Le personnage qui décide de l'existence du désir, est bien celui qui est à l'origine du Plan B ?

M.B. : Exact.

O.B. : Et l’autre tombe amoureux, et, en réalité, celui qui monte le plan tombe amoureux sans s’en rendre compte…

M.B. : Oui. Pour ceux qui ont vu le film, c’est que, j’aime pas… Pour ceux qui ne l’ont pas vu c’est pas terrible de raconter, mais bon, supposons que les gens l’aient vu. C’est comme un jeu, l’unique, le jeu quasi-mythique. Le personnage monte tout un plan avec toute une stratégie pour le mener à bien et tout se retourne contre lui, c’est presque un conte pour enfants.

O.B. : Oui.

M.B. : Dans un sens.

O.B. : Moi je ne dirais pas contre lui justement, parce que lui y trouve du plaisir…

M.B. : Oui, mais lui…

O.B. : … en fin de compte.

M.B. : Oui, ce que je veux dire par « contre lui », c’est que le film présente un conflit très violent à un moment donné parce que, si on y réfléchit, Plan B, en tant que film gay ou de découverte sexuelle, ne possède aucune caractéristique extérieure, le monde ne s’oppose pas à eux directement. Personne ne sait, aucun parent, personne ne vient leur dire : « C’est mal ». Il n’y a qu’eux.

O.B. : C’est un triangle amoureux classique.

M.B. : Tout à fait.

O.B. : Deux hommes et une femme.

M.B. : Mais fermé, fermé sur eux. Donc, c’est ce qui se passe ici, c’est pour ça que je dis que ça se retourne contre lui. Parce que c’est comme si toute sa théorie se retournait contre lui… C’est bête, mais j’ai toujours pensé à ce scénario avec une image dans la tête, que j’avais pour penser à sa forme. J’imaginais, je ne sais pas pourquoi, une danseuse américaine de la CIA qui va danser en Russie pour faire de l’espionnage. Et au bout de 20 ans, elle s’aperçoit qu’en fait elle est…danseuse. Alors, elle est prise au piège de ce dilemme « danseuse ou espionne », elle est partie en Russie pour être à la fois danseuse et espionne, et elle finit prise au piège. Et il arrive la même chose au personnage. C’est comment il se met à jouer avec le cœur de quelqu’un d’autre, sachant qu’il n’est pas du même sexe, pardon, qu’il est du même sexe, alors que c’est quelque chose qui ne lui a jamais traversé l’esprit, comme si c’était une chose sans importance. Et à partir du moment où il s’implique, où il se met à jouer avec ça, il se rend compte que non, ce n’est pas si simple, et que, justement, peut-être que, même lui… C’est toute l’intrigue du film.

O.B. : C’est vrai. Il y a autre chose qui m’a paru très beau dans ce film, c’est la vue de la ville et le fait que les personnages vivent toujours en hauteur, toujours au-dessus du reste du monde. Comme nous ici.

M.B. : Oui. J’adore ça. J’adore cet aspect du film. Je les ai surtout considérés comme des connecteurs, au début je n’avais même pas filmé tous les bâtiments pendant le tournage. J’ai tourné tout le film avec deux bâtiments puis j’ai commencé le montage, et je restais…, et ce qui se passait avec ce film, c’est que, si on enlève les bâtiments, le temps que je leur consacre au montage, l’histoire passe très vite. Alors, ça devient presque invraisemblable que tout ce qui leur passait par la tête arrive dans le temps du montage si je l’avais monté comme un film commercial ou un film classique. L’histoire avance et conclut en quatre-vingt dix minutes. Le sujet c’est que le personnage ne se pose pas de questions du type : « Alors, est-ce que je peins le mur en vert ou en rouge ? », non ce sont des décisions beaucoup plus profondes, intimes, et qui mènent à un changement très radical en ce qui concerne le désir amoureux. Ça ne veut pas dire qu’il va être avec des hommes toute sa vie, mais juste qu’il a découvert ça et qu’il se l’autorise. Or, pour que le personnage puisse se l’autoriser, il faut que le spectateur aussi l’autorise. Parce que, au final, celui qui doit se poser la question, c’est plus le spectateur que les héros. Un moment arrive où le désir réel des personnages d’être ensemble s’impose plus au spectateur qu’aux personnages eux-mêmes. Et je devais faire ça grâce à des procédés, comme si je mettais en place des sortes de lacunes mentales tout au long du film, représentées par ces bâtiments, pour que les gens digèrent ce qu’ils viennent de voir… Ça arrive des fois, si on a une dispute avec quelqu’un, on a besoin de 5 minutes, tranquille, pour se demander : « Qu’est-ce qui vient de se passer ? » et comprendre pour pouvoir avancer. Après, ce qui s’est passé c’est que tout le monde me pose la même question à propos des bâtiments, moi j’adore ça, des tas de gens comme toi adorent ça aussi. Et puis il y a d’autres personnes pour qui c’est très clair et pour qui l’histoire n’a pas besoin de ce genre de procédés, alors elles voient ça comme une gêne. C’est très personnel, et je t’avoue que quand on me critique là-dessus, ça me fait rire, enfin, j’aime beaucoup parce que la critique la plus sévère que j’ai eu sur le film concerne les bâtiments.

O.B. : Ah, bien.

M.B. : Oui, mais…

O.B. : C’est curieux.

M.B.: Oui, c’est curieux mais c’est aussi très bien parce qu’on aurait pu critiquer plein de choses. La première critique sévère qui en a parlé, qui a aussi été la première publiée, disait que c’était un bon film de 90 minutes enfermé dans un film de 100 minutes, et donc qu’il y avait 10 minutes de trop. Un de mes amis qui avait vu le film m’a dit : “C’est génial, tu as deux films en un : un de 90 minutes et un de 100.” Mais, effectivement, cela a amené des fans et des détracteurs, des gens qui n’ont pas aimé et d’autres... oui.

O.B.: Et la présence des terrasses où ils vivent ?

M.B.: Oui, se sont des terrasses et on ne voit pas les gens. C’est Buenos Aires vue des fenêtres. C’est un peu comme voir Buenos Aires, non pas le Buenos Aires classique que l’on filme aussi avec des lieux caractéristiques, mais ce sont des toits et tu en déduis que c’est Buenos Aires. Si on y est déjà allé, on ne peut pas la confondre avec une autre ville. L’architecture est très particulière, ses mélanges aussi, et puis, il y a le vide et la façon de faire le vide. Et en plus, il y a un bruit qui vient d’en bas. On dirait une machine en train de draguer un fleuve ou quelque chose comme ça. Cela a à voir, eh bien, avec la solitude de la ville. Même s’il arrive plein de choses à une personne, par la suite, elle se retrouve seule et même si elle se trouve dans un endroit immense, elle est quand même seule.

O.B.: Bien, où en étais-je ? Oui, les terrasses. Je les ai interprétées comme un espace de liberté parce que c’est un espace ouvert et que c’est le seul endroit de la ville où on en trouve. Quand tu descends, tu te retrouves face à un mur.

M.B.: Oui, c’est vrai.

O.B.: Alors que là, tout est ouvert et comme ils s’ouvrent à quelque chose dont ils ne soupçonnaient pas l’existence, cet espace m’a soudain paru cohérent avec l’idée. Mais enfin, c’est juste mon interprétation.

M.B.: Oui. Chacun a ses interprétations. Il arrive aussi que lorsque on réalise un film… Tu réalises ton film et quand tu as terminé le montage, le film ne t’appartient plus. Ce n’est plus mon film, c’est un film et les gens le voient et chacun... c’est très positif que chacun puisse interpréter à sa façon et qu’il le vive comme il le souhaite. Personnellement, je voulais montrer Buenos Aires, par contre, pour ce qui est de choix des bâtiments et de la manière dont ils apparaissent, ce qui arrive c’est ils sont de plus en plus tordus. Les architectures sont de plus en plus compliquées. Ensuite, quant au choix de ces bâtiments, je suppose qu’ils me plaisaient mais le hasard a également joué.

O.B.: Oui, bien sûr.

M.B.: Mais j’aime aussi ce que tu as dit. J’adore. Je trouve que c’est très bien vu.

O.B.: Nous parlions des terrasses et de l’espace. Je voulais parler des lieux fermés parce que j’ai aussi remarqué un contraste avec ces ouvertures sur les paysages. Et les scènes filmées en intérieur ont des murs sombres et il y a toujours des couleurs. Il y a un vert...

M.B.: Oui, du vert, du bleu ciel...

O.B.: Oui, des couleurs plus éteintes.

M.B.: Il faut aussi chercher les lieux de tournage, et des endroits qui me plaisent, en principe, et qui conviennent à un tournage. Mais ils étaient beaucoup plus petits que ce dont j’avais besoin. La maison de Bruno était composée d’une seule pièce et, quand l’équipe de tournage est arrivée et a vu la pièce, la réaction a été : “Où est- ce qu’on tourne ?”. Parce que, sur un lieu de tournage, la caméra est censée s’éloigner, mais c’était tout ce qu’on avait. C’est un film indépendant. Beaucoup de décors sont apparus parce qu’on en avait besoin et qu’on les trouvait. Ce qu’il se passe c’est que l’enfermement des pièces et du film sur lui-même fait écho au renfermement des personnages sur eux-mêmes. Parce qu’ils sont en train de vivre une expérience très personnelle, très intime et c’est une forme de repli sur soi. Il n’y a quasiment pas d’histoire parallèle dans le film, dans le sens où on ne voit pas la vie des autres, on les voit surtout eux.

O.B.: Le personnage de la femme est très effacé.

M.B.: Je ne voulais pas que son personnage soit trop présent ni que le spectateur en tombe amoureux, parce qu’il lui aurait été difficile de supporter la fin car le personnage est complètement écarté de l’histoire. C’est un film centré sur eux deux et sur leurs pensées. On ne voit pas, on ne sait pas ce qu’ils pensent mais on se l’imagine clairement.

O.B.: Oui. Et pour tes projets suivants ? Ça s’est bien passé avec les courts et le long métrage, non ?

M.B.: Oui, j’ai eu de la chance.

O.B.: Ça s’est bien passé.

M.B.: Oui, j’ai eu de la chance.

O.B.: Ça t’encourage à continuer, non ?

M.B.: Oui. Au début, c’était une affaire personnelle, faire toujours plus ce que je voulais faire, être libre et ne pas avoir peur. Par la suite, une question d’auteur s’est développée autour de mes films. Ça s’est bien passé pour mes films... ou plutôt pour mon film et mes courts. Pas pour des raisons économiques, personne n’en a tiré de bénéfices, mais plutôt parce que c’est une vision différente d’une personne, moi en l’occurrence. C’est positif parce que ça me permet de penser moins au reste et plus à moi. C’est ce qui s’est passé avec Plan B. Le film est conçu pour moi en tant que spectateur. Je voulais voir ce film. Je n’avais jamais vu de film de ce genre en Argentine. On ne parlait pas de ce sujet, on ne l’abordait pas de cette façon. C’est un peu comme si je disais : « Bon, je fais le film que je veux voir parce que je peux le faire. » Et je suis aussi spectateur, donc si j’aime tout un tas de réalisateurs et si mon film me plaît, je pense que je peux avoir un public qui va pouvoir apprécier le film, l’aimer et le comprendre. En ce qui concerne le projet, l’an passé j’avais écrit le script d’un film intitulé Mariposa que je voulais tourner cette année. Mais c’est un film cher et nous n’avons pas encore d’aide économique dans notre pays, surtout pour des questions de démarches administratives : il nous faut monter une présentation et ça prend du temps. C’est pourquoi j’ai décidé avec le producteur de faire un autre film intitulé Ausente. Je préfère ne pas en dire trop pour le moment.

O.B. : Non, non, ne raconte pas.

M.B. : Je vais le tourner en avril et en mai. C’est le même producteur que Plan B, la même équipe d’amis, très peu d’acteurs et une histoire complètement différente qui n’a rien à voir avec Plan B. Mais c’est un petit film. Je dis que ça n’a rien à voir parce qu’en réalité, je ne veux pas tomber dans le piège de refaire la même chose si ça a fonctionné avant. Le premier court que j’ai fait était en noir et blanc et hyperclassique ; le deuxième était en couleur, c’était autre chose. Comédie, drame, je reviens à la comédie. Le film que je vais faire est un drame mais il commence comme un thriller psychologique, il est très bizarre. Je ne vais pas faire Plan B 2 ou Plan C parce que le premier a marché. Je me suis complètement éloigné. Je suis parti ailleurs.

O.B.: Oui, c’est mieux.

M.B.: Oui, vraiment.

O.B.: Et puis, au sujet de la thématique, être comme ça, dans un ensemble de films sur les homosexuels ou l’homosexualité... Comment tu le perçois dans le cadre de... ?

M.B.: Tu parles de El reloj ?

O.B.: Oui, enfin, et aussi dans Plan B. Dans notre présentation, si tu veux, on a une certaine quantité de films. C’est l’un des thèmes du festival cette année.

M.B.: Oui, je le savais.

O.B.: Et tu vas voir ceux de Julián Hernández.

M.B.: Oui. Mais je ne pensais pas que le film était programmé à part, pas dans ce thème.

O.B.: Le tien est en compétition.

M.B.: Oui, c'est pour ça.

O.B.: Oui, il ne fait pas partie de la sélection parallèle mais il coïncide avec le thème.

M.B.: Oui, bien sûr, ça me fait très plaisir. Ce qui m’arrive avec les festivals gays et le mouvement gay en général, c’est que je ne veux pas faire du cinéma seulement pour les gays. Il n’y a pas que ça qui m'intéresse et je raconte un tas d'autres choses, qui plaisent bien sûr au public gay mais je ne m’adresse pas qu’à eux. Plan B, en fait, n’est pas un film qui s'adresse directement au public gay, c'est plutôt le contraire, c'est un film...

O.B.: Ça peut nous arriver à tous.

M.B.: Voilà. Et en fait, le public le plus content que j'ai eu m'a étonné. C'était des adultes, des femmes, des pères de familles, il y avait une ouverture. Ça me plaît, bien sûr, qu'il y ait de plus en plus de festivals de cinéma gay, qu'il y ait beaucoup d'endroits pour ce cinéma. Il n'y a pas de cinéma commercial gay. Je donne toujours le même exemple, c'est une bêtise, mais les gays regardent dix films d'amour américains et pleurent, et ils ne sont pas hétéros pour autant le lendemain. Je vois pas pourquoi il y aurait un public pour chaque chose, demain il peut y avoir un film qui parle d'une histoire d'amour entre deux filles et tout le monde comprendra, aimera et aura la même émotion ; et ce n'est pas pour ça que le lendemain une fille va sortir avec une fille. Ce n’est qu’un film… Dans ce cas, c'est une histoire entre deux garçons et dans d'autres, entre deux filles. Ce sont toujours des garçons et des filles et c'est un peu élargir l'horizon, voilà tout.

O.B.: Oui, parce que dans la réalité, nous tous les ans on choisit les films qu'on aime, quels qu'ils soient.

M.B.: Bien sûr.

O.B.: Sans étiquette.

M.B.: Bien entendu.

O.B.: Cette année il y a des étiquettes.

M.B.: Oui mais c'est bien pour les gens qui s'y intéressent. Il y a des festivals avec des cycles « cinéma japonais » ou autre, et il y a des festivals qui consacrent des cycles au cinéma gay dans une partie du programme et c'est très bien aussi. Il y a aussi des choses très bien et très créatives. C'est comme partout, il y a de bonnes et de mauvaises choses, comme toujours.

O.B.: Oui, il y a de tout pour tout le monde.

M.B.: Je suis ravie d'en faire partie et de ce festival aussi.

O.B.: Merci.

M.B.: C'est un plaisir pour moi d'être ici.

O.B.: Je l'espère.

M.B.: Si, si, je t’assure.

O.B.: Je sais que tu as besoin de dormir un peu.

M.B.: Non. Mais c'est vrai que je n'ai pas dormi. Mais je suis très content. C'est vrai, et quand Eric m'a dit lors de Ventana Sur de venir à Toulouse, je pensais que c’était fini pour les festivals et que, bon, après, le film allait voyager... Ça a été incroyable et voilà, je suis très content.

O.B.: Et bien, profites-en bien.

M.B.: Merci. Merci beaucoup.

Traduction : Clémentine Lerner, Delphine Olive, Sarah Quadrone

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